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sábado, 8 de agosto de 2009

Carta Urgente de un hermano boliviano

Nuestra señora de La Paz, 16 de Julio de 2009 (Al bicentenario del primer grito libertario en America Latina)
Compañeros: Demás estaría recordarles que la victoria esta de nuestro lado, del lado de la verdad, de la vida. Ese lugar tan llano como hermoso y sencillamente natural que se llama libertad y entendimiento, crecimiento y verdadera transparencia del SER - HUMANO. (Que tarea tan difícil). Corren tiempos jodidos que, afortunadamente, habitamos nosotros (Aquí y ahora, ustedes). Digo afortunadamente, porque de alguna manera pienso en la posibilidad de que esté en otras manos y memorias, por lo que me pregunto: -Donde quedaría toda esta lucha?? - Será que cualquiera puede darse cuenta de lo importante de la memoria colectiva?? – Y será que cualquiera tiene los huevos para pelearla?? A la distancia, brindo por ustedes, los que recuerdan, brindo por la injusta y sorpresiva coyuntura, porque la pachamama quiso brindar la oportunidad y la dura tarea de elegir, elegir de que lado ponemos el pie, de poder materialmente luchar, o no, contra la mentira, la impunidad y el olvido, que ante todo, nos reconstruye y nos hace verdaderamente humanos. Algo que alguien quiere que olvidemos. Lamentablemente (y que no nos sorprenda) el enemigo no solo había sido uniforme y su tan clásica violencia. Con marca de bota en puerta violentada y desesperadas ganas de callar y desorientar al pueblo. Dama de honor para dicho paje. Bien sabemos que un pueblo sin memoria es un pueblo de olvido y aunque ese pequeño grupo desesperado que perdió el poder político y que como un carnicero inmutable, tratan de recuperarlo con poder económico y a la fuerza. La riqueza que el pueblo recuperará para sí, es para todos. Los gorilas terminaran huyendo y refugiándose en las faldas del verdadero problema, ese al que llaman aliado histórico y que lo único que ha dejado como legado es olvido, engaño y superficialidad. Mall aquí, Mall allá y nada mas. Cuando el pueblo y sus verdades demuestren que en este mundo si hay lugar para la vida y para el futuro, sin mentiras, sin fascismos demagogos que ni siquiera encantan con la palabra y que solo ofrecen vacío, podremos creer en un mundo que deja el sueño para finalmente hacerse realidad, donde no olvidemos lo jodidamente importante que somos si sabemos decidir, si sabemos ser uno y no olvidamos. Ese mal que se extiende como la mas puerca de las enfermedades solo nos quiere adormecer ó solo eso pretende. (Las ideas se le acaban) Pero jodido es!! Realmente jodido es si vemos que el enemigo infecta con olvido todo lo que amamos y a quienes amamos. Se transmuta en nosotros mismos, se disfraza de rutinas que vivimos, que nos hace pensar que: ”Así nomás se esta bien” ó “Lo que queremos es paz, no importa quien tenga la razón” - “Si lo sacaron por algo será…” Ellos no se dan cuenta de lo grave del asunto, no se dan cuenta que con esa actitud no solo corre peligro el futuro de Honduras y de cada una de sus libertades, sino, corre peligro todo el continente, todo este paraíso que se esta queriendo recuperar. El precio es alto, es sangre, es distancia en busca de un futuro, es insomnio y pena. Por eso la actitud que manda al olvido la sangre de quienes decidieron ser, serán los olvidados, porque solo dejaremos de pelear cuando no haya nada en el corazón, cuando perdamos la razón y los sueños. Un enemigo de dicha magnitud solo se puede combatir con actitud, con intolerancia incansable, se combate con indignación y reacción incondicional (Esa que no te deja trabajar, comer, ni dormir), pero claro, como decía Mario Benedetti: “…quien pacifique a los pacificadores, un buen pacificador será”. Así que ante esta distancia y la impotencia, no me queda mas que guardar toda la rabia en el bolsillo superior izquierdo de mi camisa, mandar balas de salva camufladas en botellas perdidas en el mar, al lado de un poema y saber, de verdad, que saben que sé que sabemos, que la revolución esta ganada, solo se trata de no buscarla, se trata de encontrarla y recordar dentro de todo lo que hay que recordar, que no están solos. Y no lo digo yo, que al fin y al cabo solo soy carne de cañón, lo dice la historia, esa que nuestro continente escribió desde el principio a puño y letra, sabiendo que 200 años no se olvidan así nomás, no se destruyen con balas, ni se entierran, 200 años, 200 razones para seguir en píe de guerra.

Ipse Ater Celeris Tempus

Honduras Frágiles