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domingo, 9 de noviembre de 2008

Honduras Frágiles

Cuan complejo puede ser hablar de cosas tan delicadas y hoy por hoy tan intangibles, pero si la curiosidad nos mueve y tratamos de saber porque somos lo que somos, puede que nos enteremos de que nuestra condición no es algo azaroso o por destino, si no el resultado lógico de nuestra historia.
Ahondar en los confines finitos de dónde venimos, de lo que se sabe por lo documentado, de la educación establecida, de las creencias arraigadas en el sentido común y la vaga memoria colectiva que se conserva; quizás no queramos asumir la carga que esa realidad a medias nos revele o peor aun, si sabemos que una sola voz no puede cambiarla.
Terminamos pues haciendo quizás lo único que nos queda, asumirlo y seguir de frente, mas si bien no podemos ofertar, ni soluciones, ni respuestas útiles masivas, optamos por contar y documentar nuestro entorno, con la esperanza de tal vez así dilucidar un mejor proceder común, una mirada más interna en busca de una respuesta que nos muestre las posibles semillas que algún día den frutos con mejor sabor y calidad de vida.
Sin la intención de acusar a nadie sino más bien de aportar una idea, de decir lo que se ve y se entiende, sumando además la opinión generada tanto por la experiencia adquirida así como lo poco o nada que se sabe desde afuera, dando como resultado opiniones generadas a partir de medios que solo resaltan las condiciones más deplorables o las que puedan obtener una reacción externa lastimera.
Ars Poética
Voces inteligibles de un delirio de antaño, juego delirante de palabras coherentes a voz muda, sueño lúdico de fondo macabro en su contexto tangible.
Alguna vez tratamos de ver la historia que nos hace entender lo que somos, de dónde venimos o hacia dónde vamos, pero descubrimos que nos volvimos, que nos dieron y nos quitaron, que aprendimos y olvidamos, que solamente asentimos, pero no opinamos.El dolor de vernos desde afuera con espantosa congruencia en nuestro propio nombre y con la fragilidad extendida de ver nuestras raíces corrompidas y ofertadas al mejor postor, por alcanzar sueños que no nos pertenecen, olvidando cruda y llanamente los propios.La voz indecente de un anciano ancestral, que con desaliento nos cuenta lo que tuvimos, solo movido por la nostalgia, ante las dudas incontestables de un alma joven que de igual modo pervertida, ya se encuentra sumida en el mismo abismo. Buscamos encontrar la luz o solo escuchamos el contexto sin entenderlo, deja pues nuestro dolor semillas desperdigadas en tierra infértil, con la intención de sumirnos en el mismo, oscuro y déspota destino.
Cuanta pena da vernos dentro sin objeción alguna, será acaso la sumisión heredada, que nos limitamos a decir ¡Qué barbaridad! Y seguimos sin levantar la mirada a nuestro paso.
Acaso no es ya mucho peso soportar la presión a la que esta profundidad nos somete, que tenemos que servir de alimento al estar por debajo en la cadena alimenticia donde las bestias abismales reinan sin encontrar rival que se resista a ir a parar a sus engrosados y grasosos intestinos.

Ipse Atea Celeris Tempus (El mismo oscuro y acelerado tiempo)

Una regla de medida sin condescendencias, una visión caótica de vida, donde un útero multicolor de formas irregulares, que nos remite en principio a un gran ojo dominante, un ciclope acusador, que se revela ardiente y explosivo, dador de vida en su centro, yugo inmisericorde donde la evolución llega solo después de muerto nuestro yo previo, para acceder a un nuevo nivel de conciencia ciega, sin salir nunca de su obscuridad, hasta que termina por consumirnos sin revelarnos nunca si existe alguna verdad alterna fuera de la burbuja en la vivimos.
Bajo estos parámetros estamos todos sujetos sin excepciones a transcurrir nuestra existencia, bajo los preceptos establecidos en la realidad socio cultural en la que nacemos, sin omisión alguna. Pobre de aquel que se atreva a revelarse ante tal condición, motivo ineludible de destierro, discriminación, acusación directa y plena de locura o gravoso irrespeto y pasada esta verdad de alguna manera a ser seudo-aceptable, pobre también el que después de toda una vida de inhibiciones por temores varios, incluido el qué dirán, que dándose cuenta de su ficción, logra abrir sus ojos para enterarse que todo lo vivido se basa en falsas concepciones y entonces siente que todo ha sido en vano.
Ars Poética
La vida, una verdad diferente para cada individuo, una razón distinta para postergarse, un delirio abrumado en sueños y deseos o simplicidad sinérgica.
Cuantas dudas rodean a la sazón, esta razón adherente a tantas ideas, tantas como individuos respiren en su contexto.Inhalando y delirando sueños, es su mayoría sin romper el cascaron en que nacieron, encerados en un círculo vicioso del que ni siquiera en general se tiene conciencia; nacer, crecer, reproducirse, creer que se es y sin previo aviso morir.Sin abandonar el útero en el que nacemos, a veces sin poder abrir los ojos a las realidades que como seres en común tenemos, prefiriendo evitar saber que hay afuera de nuestro entorno, al principio por regla impuesta, después por costumbre habituada y al final por temor a que se derrumben los pilares de nuestro sino, temiendo darnos cuenta tarde, que quizás, si es que esa verdad de vida existe, haya sido en vano toda nuestra existencia.

Ipse Ater Celeris Tempus

Honduras Frágiles